viernes, 17 de octubre de 2008

Buscando el norte

Este artículo ha sido extraído íntegramente de The Zombie Survival Society.

Fragmento extraído del “Survival, Evasion and Recovery” de las fuerzas armadas estadounidenses (1999).

Podemos determinar hacia donde está el norte si estamos en terreno abierto simplemente con una rama. El procedimiento es el siguiente:

1. Cogemos una rama o trozo de madera lo más recto posible y lo clavamos en el suelo
2. Hacemos una marca en el suelo donde termine la sombra de la rama
3. Al cabo de un rato, hacemos otra marca donde esté la sombra y hacemos una línea en el suelo uniendo los dos puntos y siguiendola
4. La sombra avanza en dirección hacia el este, con lo que ya tenemos los dos puntos cardinales Este y Oeste
5. Trazando una línea perpendicular ya tenemos el Norte y el Sur.
6. Podemos utilizar un compás improvisado con una cuerda atada a la rama y una rama en la otra punta con la que trazaremos un medio círculo.
7. En la línea del Este-Oeste situaremos las horas: 6.00 en el Oeste y 18.00 en el Este
8. Dividimos el arco en 12 y tendremos un reloj casero.



Si tenemos un reloj de agujas el proceso es más fácil y rápido, pero es diferente dependiendo de si estamos situados en el hemisferio norte o en el hemisferio sur. Simplemente tenemos que apuntar hacia el sol con nuestro reloj.

En el hemisferio Norte:

Ponemos la aguja de la hora apuntando al sol. Podemos situar el sur dibujando una linea en el punto medio entre las 12 y la aguja de la hora.

En el hemisferio Sur:

Apuntamos al sol con las 12 horas. Si calculamos el punto medio entre las 12 y la aguja de la hora, habremos localizado el norte.


jueves, 16 de octubre de 2008

Los cinco sentidos

Los no muertos no tienen sentidos como tales. Su sistema nervioso ha dejado de funcionar, y sus cuerpos son meras caricaturas de lo que eran en vida.

¿Y cómo es posible que interactúen con el mundo que les rodea sin ninguno de los cinco sentidos? ¿Cómo no van a ver u oir?

Además, quienes se han enfrentado a los zombies, aseguran que olfatean el aire, giran los lóbulos oculares, se inclinan hacia donde suenan los ruídos, dejan de comer la carne que no les satisface y sienten un impacto sobre su epidermis. ¿Cómo puede afirmarse que no tienen sentidos?

Una parte de la doctrina científica se inclina a pensar que los no muertos tienen los cinco sentidos, y los tienen especialmente desarrollados. Para esta corriente doctrinal, el sistema nervioso de los zombies no depende, como el de los humanos, de la vista a unos niveles tan elevados, sino que utiliza todos sus sentidos por igual. Así, escucharán mejor, olfatearán mejor, y verán peor.

Sin embargo, esta teoría quedó, a juicio del que escribe, completamente desfasada en 2006. Experimentos realizados con zombies capturados en la franja de Gaza han llevado a la conclusión que expondré más adelante. El doctor Dohlmant, del ejército Israelí, grabó un vídeo casero que, posteriormente, fue colgado en el portal de vídeos Dailymotion por su hijo adolescente. Duró colgado dos horas. Suficientes para verlo. En ese vídeo se narraban los experimentos realizados en las instalaciones militares de Zin.

Tras la captura de varios especímenes, se procedió a mutilarlos y a someterlos a una serie de pruebas. Tras diferentes tests, en los que se examinó el comportamiento de no muertos con diferentes mutilaciones, pudieron observar que su comportamiento no variaba.

Cuando un cadáver al que se le habían extirpado los ojos "detectaba" la presencia de una antorcha a lo lejos, inclinaba la cabeza hacia delante, no olfateaba, no parecía oír, sólo parecía fijar la vista, abrir sus fauces, comenzar a gemir, y dirigirse hacia allí.

Lo mismo sucedía con un zombie al que se le habían extraído los oídos. Un sonido detrás de él le hacía girar, primero el cuello y posteriormente todo el cuerpo hacia la fuente del mismo.

Tras varios experimentos similares, situaron a dos no muertos, uno en perfecto estado, y otro al que se le habían vaciado las cuencas oculares, amputado la nariz y extirpado los oídos. Ambos se movían de forma similar, por no decir igual. Ambos se giraban hacia los mismos ruídos, "fijaban la vista" en el horizonte, olfateaban el olor a sudor en el ambiente... la diferencia era que uno de ellos parecía hacerlo con sus propios órganos y el otro sólo trataba de que lo pareciese.

Se puede afirmar pues, que un zombie no ve con sus ojos, no escucha con sus oídos, y no saborea la comida con sus ya atrofiadas papilas gustativas.

¿Entonces, cómo nos detectan?

El sistema nervioso que genera el virus zombie parece, llegado a este punto, mucho más complejo de lo que podría aparentar ser hace unos años, cuando se confiaba en el hecho de que los muertos vivientes conservaban sus sentidos. No. Sus cuerpos conservan los movimiento sinstintivos que realizaron durante todas sus vidas cuando sus sentidos les decían algo. Ahora, cuando sus nuevos sentidos le dicen lo mismo, se limitan a repetirlo.

Esto se complicó con el caso de Ibn. Al menos Dohlmant le llamó Ibn. De hecho, ese vídeo era una denuncia, una denuncia de lo que le habían hecho a Ibn. Ibn era una persona sana, no infectada y ciega de nacimiento... a la que se infectó con el virus introduciendo su mano en una jaula que contenía dos zombies. Cuando Ibn resucitó, seguía igual de ciego. No veía. No podía apreciar una antorcha en la distancia, ni arqueaba su rostro ante la aparición de alguien. Sí se movía. Pero no guiado por la imagen de algo. De hecho, en la presencia de humanos agachaba la cabeza e inclinaba su oído derecho, y poco después comenzaba a desplazarse arrastrando los pies y gimiendo en dirección a su presa.

De todos estos experimentos se derivan el que los zombies sólo tienen un sentido. Una especie de radar intuitivo que les permite mantenerse alerta y detectar a sus presas.

Ahora vienen los problemas... ¿ven igual de noche que de día? Lo primero es que no ven. Ni de noche, ni de día, ni con ojos, ni sin ellos. Simplemente sienten. "Detectan". Pero detectan estando siempre condicionados por unas sensaciones que les recuerdan a algo que ya vivieron. Su visión en la oscuridad era mala en vida, y vuelve a serlo en la muerte, aunque no usen su sentido de la vista para desplazarse.

Las citadas declaraciones del doctor Dohlmant están consideradas ya hoy día como uno de esos bulos de internet. Nada se sabe de ese doctor Dohlmant. No consta para el gobierno israelí, ni para el de ningún otro Estado. Su nombre dura poco en Internet. Es por esto por lo que no he puesto el nombre real del médico en el artículo. Supongo que habrá ordenadores que se dedican a borrarlo, así que ese nombre me lo guardo para mí. No me interesa que me cancelen la página, ni que me localicen, ni nada peor... No todavía. Tengo que transmitir todo lo que sé mientras no sea tarde.

martes, 14 de octubre de 2008

Aspecto físico de un cadáver ambulante

Cualquiera que haya visto alguna película de terror cree tener una idea aproximada de cómo es un muerto viviente. Sin embargo, un post sobre esto es esencial, ya que podemos hacernos muchas preguntas acerca, simplemente, del aspecto de uno de estos cadáveres ambulantes.

Me disculpo de antemano por no haber podido conseguir ninguna fotografía que me sirva de ejemplo. He encontrado varias en webs africanas y asiáticas que tienen visos de verosimilitud, pero no me voy a arriesgar a poneros un fake o una escena de una película en la que la actitud sea realista. Es obvio que yo nunca he fotografiado a uno de estos seres, pero también lo es que el día que lo haga seréis los primeros en ver las imágenes.

Como ya hemos dicho, un zombie está muerto. Su vida ha desaparecido, y su cuerpo ha visto como sus constantes vitales disminuían hasta llegar a desaparecer. Su cara es la cara de un muerto. Sus facciones se tensaron en el momento del deceso, y su rictus facial está permanentemente en una mueca que sólo se ve alterada cuando el no muerto se apercibe de la presencia de comida.

Cuando una persona muere, comienzan a producirse una serie de alteraciones en el mismo que la medicina legal califica como "fenómenos cadavéricos".

Cuando el aparato circulatorio de una persona deja de funcionar, la sangre pasa a acumularse, por causa de la gravedad, en las zonas más bajas del organismo. ¿Qué supone esto? Supone cambios en el aspecto físico del cadáver, si bien en un cuerpo no infectado, estos cambios se hacen más patentes. Esto se debe a que, una vez cadáver, la sangre del futuro no muerto comienza a coagularse. A los cincuenta minutos la sangre del no muerto deja de desplazarse por los efectos de la gravedad al quedar convertida en una masa pastosa que obtura las venas y las arterias del cadvaver.

Sin embargo, sí transcurre el tiempo suficiente para que tenga lugar esa migración de la sangre, que origina las llamadas "livideces cadavéricas". Así, el "tono" del zombie dependerá, con total seguridad, de la postura en que haya fallecido y haya permanecedio tras el cese de sus constantes vitales. Así, si el zombie ha muerto boca abajo, la sangre, traída por la gravedad, se acumulará en su cara y en la parte delantera de su cuerpo, dotando al futuro zombie de un tono rojizo en su rostro. Hasta no hace muchos años hubo quienes pensaron que se trataba de dos tipos de zombies diferentes: los rojos y los blancos. Sin embargo no tardó en descubrirse a qué se debía el color en la tez de estos individuos.

¿Y los llamados "blancos"? Pues está claro: no murieron boca abajo. Seguramente haya muerto mientras yacía boca arriba, o apoyado contra una pared o sentado en una silla. Será sencillo saber si murió erguido porque sus manos presentarán esas llamadas livideces.

El único supuesto en que estas manchas no surgen en las zonas más declives del organismo se da cuando el sujeto porta ropa ajustada, que no permita que la sangre se sitúe masivamente en esas zonas.

A esta migración de la sangre debe añadírsele la coagulación que tiene lugar durante la primera hora post mortem y que ya había comentado anteriormente. Es esta coagulación en la sangre lo que hace que las livideces cadavéricas puedan adquirir cierto relieve en las zonas de epidermis en las que se acumulan.

El rigor mortis también afecta al cadáver, aunque, como las livideces, no se da en su totalidad, en tanto en cuando, una hora después de la muerte, el no muerto se despertará y su cuerpo no sufrirá más cambios.

Los zombies siempre presentan unas mandíbulas tensionadas, y en muchas ocasiones, y dependiendo de la agonía del infectado, sus brazos, piernas y tobillos también se ven afectados por esta rigidez. Antiguamente se pensaba que el rigor mortis afectaba de forma acelerada a los zombies, de forma que, pese a resucitar una hora después del deceso, le había dado tiempo a afectar a todo el cuerpo del difunto. Sin embargo, estudios documentados sobre el virus señalan que uno de los graves defectos que presenta el nuevo sistema nervioso del no muerto es la absoluta falta de coordinación en sus impulsos psicomotrices. Si el no muerto presentase un rigor mortis absoluto en sus extremidades, simplemente, no podría mover los brazos, ni tirar con sus muñecas, y sus huesos serían sensiblemente más fáciles de quebrar en tanto en cuanto sus articulaciones no funcionarían correctamente. Sería una variación interesante con respecto de la realidad...

Esta rigidez suele motivar la erección cutánea, es decir, el llamado "pelo de punta", que si bien no afecta a quienes lucen una larga melena, sí se puede apreciar en el vello de su cuerpo.

Es rigidez muscular viene acompañada de una rigidez en la piel, motivada por la deshidratación del cadáver, que tiene lugar muy rápidamente.

Este es el aspecto que presenta un zombie: el de un cadáver que lleva muerto una hora.

Esta es la visión general, particularmente os podréis encontrar con una mayor o menor cantidad de sangre sobre la piel del zombie; la falta de alguna de sus extremidades, o de todas; o una simple cabeza con la capacidad de morder; o sin rostro, con la parte forntal del cráneo expuesta, típico en los casos de suicidios con escopeta que salieron mal y destrozaron el rostro del recién infectado; con las tripas expuestas por la sobreingesta de comida; o sucios por el fango y los demás restos del terreno sobre el que han estado yaciendo; o incluso completamente limpios, con una mera mordedura en una mano, pero el resto de su ropa intacta (estos suelen ser bastante recientes).

Por decirlo de una forma, su aspecto físico es el que presentan a la hora de la muerte. A partir de ahí, cualquier agente externo puede alterarlo, y todos y cada uno de esos cambios se irán superponiendo, de forma que lo que renació como un joven trajeado con una mordedura en un tobillo, tras un par de días puede ser una monstruosidad que ha sido partida por la mitad y se dedica a arrastrarse sobre sus manos. Pese a lo que se creía hace un par de décadas, los zombies no pueden regenerarse: lo muerto muerto está; todas las historias sobre no muertos que reaparecían una vez destruídos responden a la ignorancia y a la falta de experiencia... que hayas matado a un ser deforme, que se mueve espasmódicamente, que está sucísimo, y que muestra un rostro absolutamente desfigurado, no implica que no haya más de donde salió éste.

lunes, 13 de octubre de 2008

Metabolismo zombie

En primer lugar, debemos recordar cual es el estado físico de un zombie: un zombie está muerto. Como ya hemos dicho anteriormente, uno de los efectos del virus en el ser humano es la muerte. Es por esto por lo que todo cadáver ambulante es eso: un cadáver, y como tal, ha pasado por las fases por las que pasa un humano hasta, durante y tras la muerte... bueno, hasta un máximo de una hora después de la muerte, que es cuando "despiertan". Es por esto por lo que resulta realmente extraño toparse con un zombie en avanzado estado de descomposición.

Y es que por mucho tiempo que pase, los zombies no continúan descomponiéndose. Se quedan tal y como están en el momento de su resurrección. Si se descompusiesen, probablemente bastaría con esperar unas semanas ante cualquier contingencia para que esta se solucionase sóla, cayendo por su propio peso. Resulta casi imposible que un zombie resulte destruído por causa del paso del tiempo. Es probable que sus músculos digan basta y que acabe perdiendo sus extremidades, pero la mera existencia de una cabeza intacta puede suponer un mordisco, y una cabeza no suele notar la fatiga física. No es que los zombies se cansen. Nunca se cansan. Pero sus músculos no son enternos, y padecen de nuestras mismas limitaciones, sólo que el sistema nervioso de un zombie no está preparado para decir "basta", sino para continuar activo todo el tiempo que el físico del cadáver se lo permita.

Resulta imposible determinar la hora o incluso la fecha de la "muerte" de un zombie. La medicina forense determina la hora de la muerte de un cadáver a través del examen de los insectos que se van formando en el mismo. Así, no será lo mismo toparse con larvas, que con pupas, que con moscas recién nacidas. Sin embargo, el organismo de los no muertos no alberga parásitos que se alimenten del mismo: los propios insectos rechazan a los zombies como huéspedes.

Si hay un estímulo que parezcan sentir los zombies este es el hambre. La verdad es que no se sabe si todavía sienten "hambre" como tal, o simplemente se dedican a seguir sus impulsos más primarios, que les llevan a devorar todo ser vivo que encuentren. Lo que sí se sabe es que no necesitan comer, es decir, que metabólicamente la ingesta o no de comida no les afecta en absoluto. Es habitual que, cuando se recoja para su estudio el cadáver de un zombie, éste albergue gran cantidad de comida en descomposición en su interior, comida que no ha sido digerida, y de la que sí puede determinarse la hora de la muerte. Y es que el aparato digestivo de los no muertos no funciona. Así de simple. Imaginaos una máquina trituradora de basuras atascada. Todo se va acumulando dentro. En el caso de los no muertos, el hecho de que su cuerpo no sea precisamente metálico ayuda a que esto se haga más patente. No es extraño que los zombies aparezcan con el vientre rebentado y rebosando entrañas y restos humanos, ya que sólo alguna comida cae por su propio peso a través del ano. El resto se acumula, hasta que el bajo vientre explota y desparrama su contendio sobre el suelo.

El estado de la ciencia actual aún no ha permitido averiguar qué lleva a los zombies a matar y devorar a sus presas. Lo que sí parece es que ésta es la única actividad que parecen saber realizar, y que devorar a los vivos es lo único que están programados para hacer. Nada más. Por "los vivos" debemos entender "la totalidad de los seres vivos". Los animales que viven en establos suelen ser los objetivos más claros, puede que por el olor que desprenden o por su gran tamaño, o simplemente por ser los que se encuentran más aislados de sus propietarios. Mitos como el del "chupacabras" mexicano no esconden detrás nada más que ataques de no muertos.

Los zombies son, en definitiva, organismos muertos, y como tal no conservan las funciones vitales. No sienten, no respiran, y no beben. Lo único que hacen es comer, y no lo hacen por necesidad, sino porque es lo único que saben hacer y hay algo, probablemente el virus que les ha convertido en lo que son, que les impulsa a hacerlo desesperadamente.